ARU condena el atentado en Estrasburgo

Autora: Celia Gallego

La Asociación de Radios Universitarias (ARU) ha condenado el atentado del pasado martes 11 de diciembre en Estrasburgo donde ha habido cinco víctimas mortales, dos de ellas eran Antonio Megalizzi y Bartosz Orent-Niedzielski, compañeros de las emisoras universitarias italianas y francesas.

Una condena a la que se une la RIU (Radio Internacional Universitaria, Red de Redes), ambas instituciones con una clara voluntad europeísta y comprometida con la construcción de la paz y la no-violencia. Ambas entidades queremos unirnos al dolor y la indignación que la familia, amigos y equipo de nuestros dos compañeros están padeciendo en estos momentos.

Hace algo más de tres años, la Asociación de Radios Universitarias de España, junto con las radios universitarias de Francia, Italia, Alemania y Portugal, se embarcaban en un proyecto con el objetivo de que los jóvenes tuvieran más voz dentro del Parlamento Europeo. De esta forma, jóvenes de todo el continente, se congregan cada mes, desde septiembre de 2015, en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, para retransmitir un nuevo programa dentro del proyecto europeo Europhonica.

El pasado martes 11 de diciembre, recibimos la triste noticia del atentado en el mercado navideño de Estrasburgo. En esa misma fecha se celebraba la plenaria en el Parlamento Europeo, y las delegaciones de colaboradores de los diferentes países que continúan en el proyecto «Europhonica», se encontraban en la ciudad para desempeñar nuevamente el cometido por el cual estaban plenamente convencidos. Lamentablemente, nuestros dos compañeros, pertenecientes a las delegaciones de Italia y Francia, fueron alcanzados por las balas que el terrorista disparó en el centro de Estrasburgo.

Europhonica, un proyecto que empezó con gran ilusión, se ha visto manchado con el asesinato de estos dos compañeros, europeístas convencidos y dispuestos a informar y luchar por una Unión Europea que hiciera honor a su nombre, unida. Ha perdido a dos grandes almas que la sostenían. Ha sido manchada, pero no silenciada. Este hecho no hace más que reafirmar a nuestros jóvenes en el firme convencimiento de seguir realizando este tipo de iniciativas que promuevan la participación, la solidaridad y la paz.

Las malas noticias no dejan de azotarnos en un contexto en el que, los jóvenes no se agazapan y toman conciencia de la importancia de una Unión Europea unida y en consonancia. El pensamiento crítico, la razón, el debate y la palabra son las únicas armas que podemos utilizar y que defenderemos, ahora más que nunca, en nuestra apuesta por una Europa multicultural, de convivencia pacífica y unida.

A los dos, Antonio y Bartek, nos queda el compromiso y obligación de recordarlos con su gran sonrisa y sus valores europeístas. Sin embargo, el mayor compromiso debemos adoptarlo continuando con la labor que ellos ejercían y de la que estaban convencidos: luchar por una Europa mejor.

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