Orfidal contra la angustia de los exámenes

En este mes de intensa actividad estudiantil, muchos alumnos recurren al uso de fármacos para luchar contra la angustia que provocan los exámenes. Falta de tiempo, cantidad masiva de apuntes, ausencia de días de descanso, etc., son algunos de los motivos por los que los estudiantes deciden poner en práctica el peligro de la automedicación.

El periódico El Mundo ha publicado un reportaje sobre la evolución de los fármacos más utilizados, así como el uso que le dan los estudiantes o cómo los consiguen. «Por qué sufrir habiendo remedio», es el razonamiento de estos jóvenes que se ven sobrepasados por la presión de estudiar.

El dopaje intelectual es cada vez más popular para estimular el cerebro y controlar la angustia. El catálogo es amplio: medicamentos, drogas, potenciadores cognitivos o «remedios» naturales. Nada ilegal pero peligroso si se abusa de ello aunque las farmacéuticas han sabido sacar provecho de esta necesidad y han lanzado al mercado productos como suplementos vitamínicos, Berocca Boost o Pharmaton.

Uno de ellos, el Orfidal, ha entrado en la lista de los más usados como remedio contra los nervios y la ansiedad, desbancando a las anfetaminas y siendo una solución menos nociva. Se necesita prescripción médica para adquirirlo y crea cierta adicción pero es accesible para aquellos alumnos cercanos a botiquines, como los de Enfermería y Medicina, de las ramas que provocan mayor angustia.

Lo que no recuerdan los estudiantes son los efectos secundarios de estos fármacos. Entre ellos, destaca la intoxicación por intolerancia o sobredosis. «No es bueno abusar de la farmacología», señala Ángel Sánchez, profesor de Toxicología de la UCM e internista en el Hospital Clínico de Madrid, «la información que se aprende durante la medicación no se recupera en el futuro con la misma facilidad».

Los expertos aconsejan que los estudiantes no se dejen influir por el dopaje intelectual y que lo mejor para enfrentarse a los exámenes es comer bien, hacer deporte y estar descansado.

Puedes leer el reportaje completo de El Mundo en este enlace.